La vuelta al trabajo tras las vacaciones puede provocar estrés si no le dedicamos el tiempo necesario y la gestión adecuada. Erróneamente, depositamos en las vacaciones todos nuestros anhelos, ya que durante todo el año, no nos paramos a reflexionar qué necesitamos y de qué manera podemos dedicarnos el tiempo que precisamos, sin necesidad de esperar al período vacacional. Tiempo para hacer lo que nos gusta, para cultivar nuestras relaciones personales, para viajar o para relajarnos. Olvidarse de uno/a mismo/a, entre otros motivos, es una de las causas que hacen que la vuelta al trabajo suponga una dificultad colosal y que da pie al conocido síndrome postvacacional.
Tras las vacaciones, las personas que no se adaptan a la vuelta al trabajo, suelen referir síntomas como la alteración del sueño, dolores musculares, cansancio, ansiedad, tristeza, sentimiento de nostalgia, dificultad para concentrarse y pérdida de motivación. Suele remitir en el transcurso de una y dos semanas, pero para que no ocurra, te damos a continuación unos consejos para gestionar la vuelta al trabajo y así combatir el síndrome postvacacional.
7 consejos para gestionar la vuelta al trabajo
Motívate
Permítete más espacio de ocio en tus primeros días de trabajo para que no sea tan brusca la reincorporación. De este modo, será más gradual el cambio de ritmo de vida y no afectará tanto al estado anímico. Este consejo es puntual para los primeros días, pero para ayudarte a largo plazo, es importante buscar algo en tu día a día que te motive y que, sobre todo, te haga sentir bien contigo mismo/a. Tener un objetivo que estimule es un modo de enfrentarse a las semanas desde otro punto de vista.
Planifica
Para encarar la vuelta al trabajo, ayuda hacer una buena gestión de los horarios. Cambiar las horas de un día para otro es una alteración muy brusca para el organismo. Ves poco a poco hasta conseguir readaptar el horario que mejor se adecua a tu jornada. Por otro lado, uno de los consejos más valiosos es dejar de pensar en las vacaciones del año próximo: vive en el momento presente y disfruta del día a día. Planifica a corto plazo actividades que te estimulen, como escapadas que te ilusionen y que ayuden a tu salud emocional.
Calma y orden
A la vuelta, puede que tengas trabajo acumulado. Es importante que no impere el agobio porque no ayudará a que las tareas se acaben antes. Es mejor parar, asimilar todo el trabajo que hay que hacer, establecer prioridades y plantearse cómo se llevarán a cabo dichas tareas. Organizarte en tu primer día es una manera de tener éxito, de no sufrir estrés y de ir iniciando motores de forma progresiva, hasta volver al ritmo habitual. El objetivo es no sobredimensionar el impacto inicial del primer día de trabajo respecto a lo que es en realidad, para evitar el estrés.
Ejercicio físico y mental
Realizar ejercicios de relajación como, por ejemplo, respiraciones profundas, la meditación, el Mindfulness, un masaje relajante o ejercicios como el taichí o el yoga, son muy beneficiosos para ayudar a apaciguar el desánimo y poner freno al círculo vicioso de los pensamientos negativos. Del mismo modo, la actividad física nos ayuda a sentirnos mejor, ya que además de ser una forma de garantizar la salud de los huesos y músculos, también ayuda a combatir los trastornos emocionales gracias a la liberación de endorfinas y serotonina.
Buenos hábitos de alimentación y sueño
Añadido al punto anterior, la alimentación y el buen descanso serían los cuatro elementos clave para llevar una vida sana. Volver de vacaciones y mantener en orden y equilibrio estas cuatro piezas del puzle, es un método infalible para enfrentarnos al cambio tan brusco que puede ser la vuelta al trabajo tras un periodo de descanso. Ingerir platos nutritivos y equilibrados (50% de verduras, 25% de proteína, 25% de carbohidratos complejos, una buena porción de grasas saludables y una correcta hidratación), dormir 8 horas diarias, junto con el ejercicio físico y mental, favorece a una mejor adaptación al retorno.
Integra actividades de tus vacaciones
La gran mayoría de veces, la vuelta nos supone un problema porque dejamos de hacer actividades que realizamos durante el periodo vacacional y, por esta razón, nos parece que la rutina que llevamos durante el año es menos intensa. ¿Y si cambias el chip? Incorpora en la semana actividades o hábitos que te resulten agradables en vacaciones y que se puedan adaptar a tu día a día, sin perjudicarte. Por ejemplo, desayunar tranquilamente sentado/a, leer unos minutos cada día, encontrar un rato para realizar esa actividad creativa o física que te gusta, salir a estar en contacto con la naturaleza, escuchar un podcast mientras paseas o quedar con tus amigos.
Valora tu empleo
Piensa en todo lo que te ofrece tu empleo y pon en valor todo lo positivo que éste tiene para ti. A la vuelta de las vacaciones se instaura el pensamiento de lo lejos que quedan las próximas y, este pensamiento, empaña por completo la consciencia del valor que representa el trabajo que desempeñas y estar activo/a en el mundo laboral. Solemos centrarnos más en lo negativo y no dejamos apenas espacio para apreciar lo positivo. Reflexiona sobre la importancia de tu labor, de tu papel. Siente qué te aportan tus compañeros/as y/o el equipo en el cual trabajas. Piensa en aquello que quieres mejorar o si necesitas algún cambio.