¿QUÉ ES EL COCOONING?

El cocooning

El nacimiento del cocooning

El cocooning es un término creado en la década de los 80’s por una consultora especialista en marketing y publicidad llamada Faith Popcorn. Esta empresa era una buscadora de tendencias y acuñó este término a un comportamiento de la sociedad que, entre otras cosas, empezaba a realizar telecompras desde casa mientras crecía el comercio electrónico y el entretenimiento en el hogar.

Tras los “locos” años 70, en los que la vida nocturna en discotecas y fiestas era lo habitual, con la expansión de las nuevas tecnologías y la llegada de Internet unas décadas más tarde, se produciría un cambio profundo en la sociedad. Se pasaría de los excesos de la noche a preferir una vida más tranquila, disfrutando del confort que proporciona el hogar, sin necesidad de salir para disfrutar, porque se empezaba a tenerlo todo en casa.

¿Qué significa cocooning?

Cocoon significa envoltura, capullo o burbuja y la palabra cocooning alude a la acción de esconderse o guardarse. El término se usa para expresar la tendencia de los seres humanos a tener apego a quedarse en casa y a socializar cada vez menos (del modo que conocíamos), convirtiendo el hogar en un refugio. Estas personas sienten bienestar aislándose del mundo exterior, escapando del ritmo vertiginoso, del ruido, de las posibles situaciones conflictivas o que nos pueden atemorizar.

¿Qué provoca el cocooning en la época actual?

En los últimos tiempos la expansión de Internet y la revolución digital, ha favorecido el aislamiento debido al gran abanico de posibilidades que existen en la asistencia en casa. La posibilidad de comprar todo lo que queramos sin movernos del sofá o pedir comida a domicilio, serían un ejemplo. Según el último informe publicado por Nielsen Iberia en 2020, un 10% de las compras mensuales en comida, son a domicilio.

También ocurre con el entretenimiento. Las plataformas en streaming han visto cómo el número de usuarios que las contratan no ha dejado de crecer en los últimos años. Televisión, series y cine a demanda, adaptado a las preferencias de cada usuario. Videojuegos para jugar solo/a o con otras personas y una serie de planes que, a muchas personas, les resultan más atractivos que salir el fin de semana a una actividad en el exterior.

Una comodidad más, afianza el cocooning: Las aplicaciones de citas. Estas apps te ofrecen la oportunidad de conocer a personas, sin tener que poner un pie en la calle y están teniendo un aumento considerable en los últimos años. Según el Digital Market Outlook de Statista, se prevé que a final de este año 2021, las aplicaciones para buscar pareja o amistad, lleguen a 370 millones de usuarios activos. A nivel mundial, Estados Unidos es el país con mayor porcentaje de usuarios en servicios de citas online, seguido por Brasil y, en tercera posición, España.

Aunque el cocooning aumenta debido a la era electrónica, no se reduce en actividades de pantalla. Cualquier actividad manual, física y sensorial que se pueda disfrutar en el hogar, son opciones que permiten sentirse cómodo/a y pleno/a en casa. Algunas ideas son la lectura, la artesanía como pintar, la cerámica o las manualidades, la cocina, la jardinería, la práctica de yoga, escuchar música, la radio o una conversación con un/a conviviente.

¿Tiene esta tendencia algún efecto negativo en el ser humano?

Entretenimiento, consumo y socializar; todo desde un mismo escenario: tu casa. El cocooning es una tendencia ya consolidada antes de la pandemia del COVID-19, pero parece que debido a esta situación, se ha reforzado entre la población. No es sólo la posibilidad de disfrutar desde casa, ahora se le suma la posibilidad de trabajar arropado/a por las paredes de tu casa.

Los expertos en psicología lo tienen claro: el cocooning es altamente recomendable para personas con una vida muy agitada y agendas apretadas. Personas que no saben concebir su vida sin tener siempre mil planes encajados cual piezas de Tetris. Para éstas, son necesarios momentos para parar, respirar y relajarse en casa, creando un espacio en el que aprender y reflexionar acerca de la necesidad de poner el freno y estar solos/as sin sentirse mal por ello.

Por lo tanto, el contexto es vital para conocer a quiénes el cocooning les puede resultar positivo o negativo. Un tercio de la población sufre una soledad no deseada. Ésto se da cuando un individuo tiene una red de relaciones sociales insuficiente en cantidad o calidad. Estas personas, poco a poco, se van aislando del mundo y presentan un riesgo a sufrir una soledad permanente. Para alguien en esta situación, el exterior es tan hostil que, gracias a las comodidades que proporciona el hogar, ven innecesario tener que enfrentarse a él.

En estos casos, el cocooning es contraproducente. Provoca que muchos individuos, parejas o familias, se encierren demasiado en su intimidad y, con el paso del tiempo, desencadena un sentimiento de profunda soledad, acarreando consecuencias muy perjudiciales para la salud. Cuando se detectan indicios de cocooning en este perfil, lo mejor es ponerle remedio antes de que sea demasiado tarde. Salir de casa, buscar planes que nos hagan ilusión, apuntarse a una actividad para conocer a otras personas y poco a poco, vencer las barreras emocionales.